martes, 13 de abril de 2010

lunes, 29 de marzo de 2010

Comenta la Lic. Psic. Aída Miraldi

Lic. Psic. AÍDA MIRALDI*

“Donald Winnicott es, sin duda, una de las figuras más interesantes del psicoanálisis como constructor de una teorización cuya marca de fábrica es la originalidad, la fineza para detectar los matices complejos, lo paradojal y lo contradictorio. En nuestro país, fue el Dr. Luis E. Prego quien introdujo sus ideas y dio forma, junto a las autoras y otros integrantes, a la Fundación Winnicott dedicada al estudio y difusión de sus ideas.
El espíritu de Winnicott recorre este libro, cuya primera sección sirve como introducción al texto. En una serie de capítulos se recogen aportes provenientes de autores de Brasil, Argentina, Uruguay y Chile. Completan el volumen una presentación de las autoras y una emotiva recordación de la figura de Prego debida a Alicia Baranda.
Desde Argentina el Dr. Painceira subraya la libertad como un bien a ser conservado y marca su desconfianza ante cualquier intento de manipulación o adiestramiento del ser humano. El Dr. Outeiral (Brasil), apunta a la importancia del Prof. Luis E. Prego en la difusión de las ideas de Winnicott en su país, influencia que no ha cesado de crecer desde 1968. Desde Chile, la voz del Mag. Psic. J. Coloma, hace jugar la paradoja winnicottiana acerca del origen de las cosas, relacionándola con la práctica analítica dirigida a considerar tanto lo obvio como lo complejo. Ejemplifica este pensamiento estableciendo un contrapunto con la conocida frase de Jacques Lacan “no hay relación sexual”.
Las restantes secciones abordan buena parte de los temas del universo winnicottiano, constituyéndose así en una esclarecedora exploración de este universo. En efecto, “Teoría” agrupa trabajos que examinan lo paradojal, la creatividad, el origen y la función de la agresividad, la bisexualidad, el anclaje de la psique en el cuerpo.
“De la elocuencia de los cuerpos” discurre acerca de los modos de comunicación iniciales del ser humano, en la díada madre bebé, modos en los que predominan los aspectos no verbales que se mantienen en las comunicaciones entre adultos.
Para desarrollar la conciencia y poder significar las señales que emite, el bebé necesita de los cuidados y el sostén materno; este proceso de personalización, de creación de un self, requiere que entre ambos predominen los momentos de encuentro y que los ocasionales desencuentros no tengan un peso excesivo. Si es excesivo, la psique no consigue anidar confortablemente en el soma y emergerán distintas perturbaciones. A modo de ejemplo, las autoras analizan el transexualismo, la compulsión a la reconstrucción corporal por vía de cirugías plásticas, y la escisión del pensamiento que se observa en algunos pacientes esquizofrénicos. Ellas consideran al transexualismo como fruto de una construcción defensiva -falso self- determinada por fallas en los cuidados que afectan la constitución del self que han impedido la integración de los aspectos masculinos y femeninos. En la transexualidad está en juego la identidad. La posibilidad de la disociación psique soma incide en el rechazo de lo masculino o de lo femenino.
Utilizando el concepto de “delirio estético” (S. Abadi) proponen conceptualizar un mecanismo autocurativo de tipo psicótico: el fracaso de la habitación del cuerpo que determina un intento de reconexión, un ocuparse de él pero desde lo externo. Las cirugías constituyen así un intento destinado al fracaso que deja una secuela de vivencias de despersonalización y relanza al sujeto a una búsqueda sin fin, siempre frustrada y frustrante, signada por el uso de una “sobredosis imparable de los recursos estéticos”.
El hipercrecimiento mental puede ser otro recurso ante la desconexión psique soma, tal como suele verse en algunos pacientes esquizofrénicos. “Los sabido no pensado” (C. Bollas), constituido por lo que perdura en el infans de los intercambios preverbales y operativos entre él y sus padres y portador de huellas del inconsciente parental, les permite a las autoras del libro pensar los efectos de su transferencia sobre el analista, en tanto el concepto de la enfermedad psicosomática como técnica de supervivencia psíquica (J. McDougall) las guía hacia los actos síntoma, sustitutivos de la elaboración mental y facilitadores de la descarga de tensiones excesivas o desbordes afectivos.
“Bisexualidad originaria, mito y lenguaje” acerca elementos para pensar en lo masculino y lo femenino pre-sexual y originario en hombres y mujeres así como la creatividad en ambos sexos. Teniendo presente que en la conceptualización winnicottiana “femenino puro” y “masculino puro” “son abstracciones teóricas”, la primera se adscribe al ser, “lo propio, lo centrípeto,… el núcleo del verdadero self”; y dado que la segunda abarca el hacer, lo “centrífugo, la discriminación yo-no yo, lo intermitente propio de la acción”, las autoras rastrean apoyos para esta hipótesis en los mitos y el lenguaje.
En “¿Adán y Eva? ¿Eva y Adán?” la elaboración grupal entrelaza hallazgos de la embriología, mitos y frescos aportes sobre el funcionamiento del propio grupo de investigadores (integrado por numerosas mujeres y un solo hombre) desplegando y contrastando la teoría de la evolución psicosexual freudiana y la de Winnicott.
En otra faceta de la teoría, la que aborda la relación individuo sociedad, Winnicott también realizó aportes para pensar la compleja interfase entre uno y la otra. “Moralidad, Superyo, Delincuencia, Democracia” hace jugar la idea de una “moralidad primaria innata” que surge si el adulto respeta el derecho del bebé de ser fiel a sí mismo. Aquí sorprenden los puntos de vista de Winnicott acerca de la democracia, sus análisis sobre “qué” se vota y la relación que establece entre la tendencia dictatorial y la función materna.
Entre los textos que integran la sección “Técnica y Clínica”, el artículo “Función del psicoterapeuta según la teoría de los objetos” recorre los posibles lugares de éste -como objeto subjetivo, transicional u objetivamente percibido- y los distintos tipos de relación e interpretación acordes en cada caso.
Dos trabajos sobre el pensamiento de C. Bollas, cuya teorización de la normopatía resulta útil en nuestra práctica cotidiana, cierran el texto.
“¿De qué hablamos cuando hablamos de Winnicott?” constituye un viaje a la galaxia de uno de los autores psicoanalíticos cuya vigencia se ha mantenido, conducido por guías conocedoras, capaces de suscitar en el lector interrogaciones y también polémicas”.**

*LIC. PSIC. AÍDA MIRALDI
Miembro de la Asociación Uruguaya de Psicoanálisis (APU). Integrante del Equipo de Redacción de la Revista “Relaciones” (Uruguay).

**Revista Relaciones N° 310 - Montevideo, Marzo de 2010 – Sección Con Textos – Miraldi, Aída - ¿De qué hablamos cuando hablamos de Winnicott?

lunes, 18 de enero de 2010

Dr. Carlos D. Nemirovsky comenta el libro...

He tenido el enorme placer de leer y releer el libro de estas prolíficas autoras, de gran experiencia clínica y docente, pertenecientes ambas a prestigiosas instituciones como son la Asociación Uruguaya de Psicoterapia Psicoanalítica (AUDEPP) y de la Fundación Winnicott del hermano país, quienes desde el mismo título proponen a sus lectores una pregunta interpretando fielmente el espíritu del maestro inglés del cuestionamiento permanente y del encuentro con la paradoja.
Winnicott muere en 1977 pero sus enseñanzas que trascienden el ámbito del psicoanálisis y sus perspectivas innovadoras son tan actuales como, seguramente, futuras.
Este libro está prologado por Rafael Sibils continuándole una cálida y sentida evocación por partes de las autoras del entrañable maestro uruguayo Luis Prego Silva. A continuación siguen 4 capítulos, todos ellos conteniendo cuidadosas citas de diversas obras de Winnicott que permiten comprender claramente la pertinencia de los comentarios de las autoras y el desarrollo personal y genuino que ellas hacen de las principales ideas del autor que las convoca.
Cito a las autoras en el prólogo: “Como no podría ser de otra forma los temas aquí tratados ofrecen una visión particular de la obra de Winnicott: la nuestra. Pero, en un aparente razonamiento por el absurdo debemos reconocer que ella es, a su vez, producto de infinitos intercambios con muchísimas y muy variadas personas y experiencias. En este sentido, nos gustaría que nuestro trabajo se entendiera como una versión polifónica o coral en la que han contribuido las voces de todos aquellos con quienes hemos compartido reflexiones acerca del pensamiento de Winnicott en forma directa e indirecta”. Esta verdadera definición de la que somos producto todos los analistas actuales “hijos con muchos padres y hermanos” aporta seguramente un plus de riqueza que caracteriza a este libro muy completo en lo que hace al abordar los temas más espinosos de la obra de Winnicott con gran maestría.
El primer capítulo está dedicado al desarrollo de Winnicott en América del Sur, y en el escriben los maestros Painceira, Outeiral, Coloma y Baranda.
El capítulo segundo trata acerca de la Teoría y nos encontramos con diversos artículos de las autoras y colaboradoras recorriendo los complejos laberintos de la lógica paradojal, la creatividad, lo transicional, el concepto de self y nada menos que el concepto de agresividad desde Freud, Klein y Winnicott.
El tercer capítulo aborda temas de Teoría y Técnica psicoanalíticas donde se desarrollan temáticas caras a Winnicott y seguidores como son la función del terapeuta, la consulta y sus modalidades, las consideraciones acerca del self verdadero y el falso y la problemática de la categoría borderline con la particularidad de enfocarse en el caso de M. Little. El muy interesante capítulo 4 nos proyecta hacia el presente y el futuro considerando en particular las ideas de Bollas. Como señalan las autoras “Al ponernos en contacto con los textos de Bollas sentimos constantemente como melodía de fondo buena parte de la obra que Winnicott produjo. Al confrontar a estos dos autores, los percibimos muy próximos aunque a veces no resulta tan fácil homologar o distinguir sus ideas. Por momentos encontramos conceptos novedosos, propiedad exclusiva de Bollas. Otras veces parecemos asistir a desarrollos de los numerosos planteos que Winnicott plasmó entre 1926 y 1971. Bollas parece observarlos con lente de gran aumento y desplegarlos como miniaturas ampliadas e ilustrarlos con ejemplos clínicos clarificadores”.
Cierra este libro un brillante artículo sobre la “Afección normótica, asociación libre del analista y un anexo sobre adicción” escrito por A. Anfusso en 2005 en el cual define claramente al paciente normótico desde Winnicott y Bollas, describe minuciosamente su modalidad comunicacional y cita muy pertinentemente ejemplos del cine y de literatura (películas como Fargo, The Truman Show, Las confesiones del Sr. Schmidt y el libro de P. Auster La invención de la soledad ) ilustrando así a un tipo de paciente, el “normótico no exitoso” como diría A. Anfusso, frecuente en nuestro actual consultorio y tan difícil de abordar. Relaciona luego esta patología con las adicciones.
En esta obra se desarrollan temas -que son siempre fuente de polémica- con sencillez y a la vez profundidad: cito algunos como la bisexualidad, necesidad y deseo, culpa, creatividad, transicionalidad, así como cuestiones que aluden a lo social como moralidad, delincuencia, democracia y la paradoja individuo-sociedad, así como diversos problemas de nuestra técnica.
Se trata de un libro sumamente interesante para los colegas -y también para alumnos porque su lenguaje lo hace muy comprensible- que estén interesados en los desarrollos de las últimas décadas de la llamada “escuela inglesa de psicoanálisis” y a las corrientes sudamericanas que la han enriquecido y le han otorgado una particularidad única y reconocible así como también para los estudiosos de los desarrollos de aquellos autores que contemplan al self como centro de iniciativas.

Dr. Carlos D. Nemirovsky